La hora del cuento corregido
A lo largo de este tercer bloque, hemos visto las
distintas formas de transmisión literaria, narración con libro, lectura y
cuentacuentos.
Este bloque ha sido estructurado de una manera
diferente a los otros dos puesto que hemos realizado una sesión práctica, que a
mi parecer fue increíble.
El pasado jueves 25 de abril de 2019 pudimos disfrutar
de una clase práctica en la que nos tuvimos que poner en grupos de 3, en cada
grupo nos teníamos que organizar de tal manera que cada uno tuviera una forma
de transmisión literaria.
Personalmente me preparé la estrategia del
cuentacuentos y elegí el cuento de El rey
rana por varios motivos. El primero de ellos porque me llamó mucho la
atención ya que me sonaba el nombre de una peli que había visto no hace mucho
tiempo y en segundo lugar porque una compañera me lo recomendó.
Pienso que esta versión de los Hermanos Grimm lo
podría hacer perfectamente con niños de 5-6 años. Creo que esta edad es la adecuada ya que
necesitan ser más mayores para poder entender el tema principal,son capaces de comprender la relación entre hecho y consecuencia. La psicóloga Rocío Navarro “Cuando nos comprometemos con
algo o alguien, somos conscientes de todas las implicaciones que esto conlleva
y estamos aceptando la responsabilidad de llevar acabo y cumplir aquello con lo
que nos hemos comprometido”. Además, pienso que en este cuento los niños pueden
sentirse “atraídos” por el protagonista o por otros personajes de esta historia.
Como he comentado anteriormente he hecho la estrategia
del cuentacuentos, dicha estrategia consiste en contar el cuento oralmente careciendo
de ilustraciones para que de esta manera podamos conseguir que los niños
desarrollen su imaginación. Para ello, es imprescindible que tengamos en cuenta
la cantidad de información, los gestos, el entusiasmo … Porque en función de
ello, los niños se imaginarán de una manera o de otra a los personajes.
Además de la estrategia del cuentacuentos hay que tener conciencia de las otras dos como son la narración con libro y la lectura.
La narración con libro consiste en contar un cuento pero apoyándonos en un soporte visual o en ilustraciones además de que con esta estrategia se favorece el desarrollo del razonamiento icónico.
Por otro lado, como hemos comentado la lectura, este es el momento ideal para el aprendizaje. Cuando se comienza con la lectura, se favorece un modelo de lectura adulto; además tenemos que tener en cuenta de que antes de leer tienen que tener un modelo de lectura. Cuando realicemos esta estrategia debemos tener en cuenta de que en la lectura a diferencia de las otras estrategias no debemos de cambiar las voces en la lectura y debemos también de fijarnos en que las interacciones no se realizan durante la misma sino al final ( a diferencia del cuentacuentos y de la narración).
La preparación de la actividad la he hecho de la
siguiente manera. En primer lugar, me leí el libro para hacerme una idea
general del cuento y poder distinguir los diferentes personajes y extraer la
idea principal del texto para ello en una hoja hice un esquema. Posteriormente
me lo preparé en casa varias veces delante de un espejo como guía de
gesticulación para así tenerlo preparado para cuando lo tuviera que presentar a
mis compañeros.
En la primera interacción lo hice en el grupo de Alejandra
Salmador y Natalia Losada, me sentí un poco nerviosa por ser la primera
vez, pero a medida que avanzaba la
historia me fui sintiendo más segura de lo que estaba contando.
Las opiniones de mis compañeras fueron gratificantes;
me dijeron que estaba muy bien, a pesar de ello, me dieron pautas para mejorar
como llevar más ritmo, más seguido e intentar decir menos diminutivos.
En la segunda interacción, la hice con Paula Diez y
Nerea Encinas quienes me escucharon atentamente y me recomendaron que tuviera
mas entusiasmo a la hora de contarlo, pero quitando eso, les pareció buena la
selección del cuento.
En la ultima intervención que la hice con Ángel Cabo y
Ana María Santos me lanzaron algunas propuestas de cara a realizarlo en la práctica,
como que hiciera más gestos para que los niños se integren más en la historia.
Como puntos a favor, me dijeron que las adaptaciones que utilice eran adecuadas
para la comprensión de los niños de 5 y 6 años.
A continuación, dejo el texto extraído de
En diferentes
colores se puede apreciar las adaptaciones que he hecho y las intervenciones
que posteriormente explicaré.
En
aquellos remotos tiempos, en que bastaba desear una cosa para tenerla, vivía un
rey que tenía unas hijas lindísimas, especialmente la menor, la cual era tan
hermosa que hasta el sol, que tantas cosas había visto, se maravillaba cada vez
que sus rayos se posaban en el rostro de la muchacha. Junto al palacio real extendíase un bosque grande y
oscuro, y en él, bajo un viejo tilo, fluía un manantial. En las horas de más
calor, la princesita solía ir al bosque y sentarse a la orilla de la fuente.
Cuando se aburría, poníase a
jugar con una pelota de oro, arrojándola al aire y recogiéndola, con la mano,
al caer; era su juguete favorito. (¿Cuál es vuestro juguete
favorito? )
Ocurrió
una vez que la pelota, en lugar de caer en la manita que la niña tenía
levantada, hízolo en el
suelo y, rodando, fue a parar dentro del agua. La princesita la siguió con la
mirada, pero la pelota desapareció, pues el manantial era tan profundo, tan
profundo, que no se podía ver su fondo. La niña se echó a llorar; y lo hacía
cada vez más fuerte, sin poder consolarse, cuando, en medio de sus
lamentaciones, oyó una voz que decía: "¿Qué te ocurre, princesita? ¡Lloras
como para ablandar las piedras!" La niña miró en torno suyo, buscando la
procedencia de aquella voz, y descubrió una rana que asomaba su gruesa y fea
cabezota por la superficie del agua. "¡Ah!, ¿eres tú, viejo
chapoteador?" dijo, "pues lloro por mi pelota de oro, que se me cayó
en la fuente." - "Cálmate y no llores más," replicó la rana,
"yo puedo arreglarlo. Pero, ¿qué me darás si te devuelvo tu juguete?"
- "Lo que quieras, mi buena rana," respondió la niña, "mis
vestidos, mis perlas y piedras preciosas; hasta la corona de oro que
llevo." Mas la rana contestó: "No me interesan tus vestidos, ni tus
perlas y piedras preciosas, ni tu corona de oro; pero si estás dispuesta a
quererme, si me aceptas por tu amiga y compañera de juegos; si dejas que me
siente a la mesa a tu lado y coma de tu platito de oro y beba de tu vasito y
duerma en tu camita; si me prometes todo esto, bajaré al fondo y te traeré la
pelota de oro.(Vosotros dejaríais que una rana
durmiera en vuestra cama?¿y que comiese del mismo cubierto?) "
– "¡Oh, sí!" exclamó ella, "te prometo cuanto quieras con tal
que me devuelvas la pelota." Mas pensaba para sus adentros: ¡Qué tonterías
se le ocurren a este animalejo! Tiene que estarse en el agua con sus
semejantes, croa que te croa. ¿Cómo puede ser compañera de las personas?
Obtenida
la promesa, la rana se zambulló en el agua, y al poco rato volvió a salir,
nadando a grandes zancadas, con la pelota en la boca. Soltóla en la hierba, y la princesita, loca de
alegría al ver nuevamente su hermoso juguete, lo recogió y echó a correr con
él. "¡Aguarda, aguarda!" gritóle la
rana, "llévame contigo; no puedo alcanzarte; no puedo correr tanto como
tú!" Pero de nada le sirvió desgañitarse y gritar 'cro cro' con todas sus
fuerzas. La niña, sin atender a sus gritos, seguía corriendo hacia el palacio,
y no tardó en olvidarse de la pobre rana, la cual no tuvo más remedio que
volver a zambullirse en su charca.
Al día siguiente, estando la princesita a la mesa junto con el Rey y todos los cortesanos, comiendo en su platito de oro, he aquí que plis, plas, plis, plas se oyó que algo subía fatigosamente las escaleras de mármol de palacio y, una vez arriba, llamaba a la puerta: "¡Princesita, la menor de las princesitas, ábreme!" Ella corrió a la puerta para ver quién llamaba y, al abrir, encontrase con la rana allí plantada. Cerró de un portazo y volviese a la mesa, llena de zozobra. Al observar el Rey cómo le latía el corazón, le dijo: "Hija mía, ¿de qué tienes miedo? ¿Acaso hay a la puerta algún gigante que quiere llevarte?" - "No," respondió ella, "no es un gigante, sino una rana asquerosa." - "Y ¿qué quiere de ti esa rana?" - "¡Ay, padre querido! Ayer estaba en el bosque jugando junto a la fuente, y se me cayó al agua la pelota de oro. Y mientras yo lloraba, la rana me la trajo. Yo le prometí, pues me lo exigió, que sería mi compañera; pero jamás pensé que pudiese alejarse de su charca. Ahora está ahí afuera y quiere entrar." Entretanto, llamaron por segunda vez y se oyó una voz que decía:
Al día siguiente, estando la princesita a la mesa junto con el Rey y todos los cortesanos, comiendo en su platito de oro, he aquí que plis, plas, plis, plas se oyó que algo subía fatigosamente las escaleras de mármol de palacio y, una vez arriba, llamaba a la puerta: "¡Princesita, la menor de las princesitas, ábreme!" Ella corrió a la puerta para ver quién llamaba y, al abrir, encontrase con la rana allí plantada. Cerró de un portazo y volviese a la mesa, llena de zozobra. Al observar el Rey cómo le latía el corazón, le dijo: "Hija mía, ¿de qué tienes miedo? ¿Acaso hay a la puerta algún gigante que quiere llevarte?" - "No," respondió ella, "no es un gigante, sino una rana asquerosa." - "Y ¿qué quiere de ti esa rana?" - "¡Ay, padre querido! Ayer estaba en el bosque jugando junto a la fuente, y se me cayó al agua la pelota de oro. Y mientras yo lloraba, la rana me la trajo. Yo le prometí, pues me lo exigió, que sería mi compañera; pero jamás pensé que pudiese alejarse de su charca. Ahora está ahí afuera y quiere entrar." Entretanto, llamaron por segunda vez y se oyó una voz que decía:
"¡Princesita, la
más niña,
Ábreme!
¿No sabes lo que
¿No sabes lo que
Ayer me dijiste
Junto a la fresca
fuente?
¡Princesita, la más niña.
Ábreme!"
Dijo entonces el Rey:
"Lo que prometiste debes cumplirlo. Ve y ábrele la puerta." La niña
fue a abrir, y la rana saltó dentro y la siguió hasta su silla. Al sentarse la
princesa, la rana se plantó ante sus pies y le gritó: "¡Súbeme a tu
silla!" La princesita vacilaba, pero el Rey le ordenó que lo hiciese. De
la silla, el animalito quiso pasar a la mesa, y, ya acomodado en ella, dijo:
"Ahora acércame tu platito de oro para que podamos comer juntas." La
niña la complació, pero veíase a las claras que
obedecía a regañadientes. La rana engullía muy a gusto, mientras a la princesa
se le atragantaban todos los bocados. Finalmente, dijo la bestezuela:
"¡Ay! Estoy ahíta y me siento cansada; llévame a tu cuartito y arregla tu
camita de seda: dormiremos juntas." La princesita se echó a llorar; le
repugnaba aquel bicho frío, que ni siquiera se atrevía a tocar; y he aquí que
ahora se empeñaba en dormir en su cama. Pero el Rey, enojado, le dijo: "No
debes despreciar a quien te ayudó cuando te encontrabas necesitada." Cogióla, pues, con dos dedos, llevóla arriba y la depositó en
un rincón. Mas cuando ya se había acostado, acercóse la rana a saltitos y
exclamó: "Estoy cansada y quiero dormir tan bien como tú; conque súbeme a
tu cama, o se lo diré a tu padre." La princesita acabó la paciencia, cogió
a la rana del suelo y, con toda su fuerza, la arrojó contra la pared: "¡Ahora
descansarás, asquerosa!"
Pero en cuanto la rana
cayó al suelo, dejó de ser rana, y convirtióse en un príncipe, un
apuesto príncipe de bellos ojos y dulce mirada. Y el Rey lo aceptó como
compañero y esposo de su hija. Contóle entonces que una bruja
malvada lo había encantado, y que nadie sino ella podía desencantarlo y sacarlo
de la charca; díjole que al día siguiente se
marcharían a su reino. Durmiéronse, y a la mañana, al
despertarlos el sol, llegó una carroza tirada por ocho caballos blancos,
adornados con penachos de blancas plumas de avestruz y cadenas de oro. Detrás iba, de pie, el criado del joven Rey, el fiel Enrique. Este leal
servidor había sentido tal pena al ver a su señor transformado en rana, que se
mandó colocar tres aros de hierro en tomo al corazón para evitar que le
estallase de dolor y de tristeza. La carroza debía conducir al joven Rey a su
reino. El fiel Enrique acomodó en ella a la pareja y volvió a montar en el
pescante posterior; no cabía en sí de gozo por la liberación de su señor.
Cuando ya habían recorrido una parte del camino, oyó el príncipe un
estallido a su espalda, como si algo se rompiese. Volviéndose, dijo:
"¡Enrique, que el coche estalla!"
"No, no es el coche lo que falla,
Es un aro de mi corazón,
Que ha estado lleno de aflicción
Mientras viviste en la fontana
Convertido en rana."
Por segunda y tercera vez oyóse aquel chasquido durante el camino, y
siempre creyó el príncipe que la carroza se rompía; pero no eran sino los aros
que saltaban del corazón del fiel Enrique al ver a su amo redimido y feliz.
Cuando he contado el cuento en clase he mantenido las ideas principales del
cuento folclórico siguiendo mis propias adaptaciones que se pueden ver cuales
son ya que las he puesto de color azul. He decidido realizar estas adaptaciones
puesto que a la hora de contárselo a los niños no veía conveniente utilizar
ciertas formas verbales, además de que he decidido recortar el cuento par que
así no se les haga tan pesado puesto que tiene una larga extensión.
En la historia incorporé
varias intervenciones para que los niños y mis compañeros se sientan integrados
en la historia que se pueden ver puesto que están puestas entre paréntesis y de
color verde.
Una vez terminado el texto folclórico, cuestioné una
serie de preguntas para finalizar mi estrategia.
-
¿Os ha gustado el
cuento?
-
¿Hubierais hecho cumplido
el trato con la rana?
-
¿Está bien lo que
ha hecho la princesita de no cumplir con lo que le había prometido a la rana?
-
¿Qué parte os ha
gustado más?
Para finalizar me gustaría terminar con una reflexión
sobre lo que me ha parecido esta actividad sobre la hora del cuento.
He aprendido que los cuentos no debemos de usarlos
para enseñar a los niños sino para que pasen un buen rato y que lo disfruten; también
me he dado cuenta de que no hay un momento definido para la hora del cuento,
cualquier momento es bueno y debemos de saber aprovecharlo.
Esta actividad ha sido muy rica tanto a nivel personal
como profesional puesto que he podido conocer diferentes cuentos y además he
podido verlos a través de las diferentes estrategias.
BIBLIOGRAFÍA
Labajo González, I. (2018). Literatura
Infantil (Guía de trabajo). CSEU "La Salle."
Labajo González, I. (2018). Literatura Infantil (Apuntes de la asignatura). CSEU "La Salle."
Labajo González, I. (2018). Literatura Infantil (Apuntes de la asignatura). CSEU "La Salle."
WEBGRAFÍA
https://www.hacerfamilia.com/educacion/compromiso-comprometerse-valores-educar-valores-20161202133007.html
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